Hay anuncios que redefinen el mapa tecnológico de un país.
La alianza entre OpenAI —la creadora de ChatGPT— y Sur Energy no es solo una inversión: es una declaración de futuro.

Ambas compañías anunciaron la construcción de Stargate Argentina, un centro de datos de inteligencia artificial que demandará US$ 25 mil millones y promete posicionar al país como hub regional de innovación y energía inteligente.

Por primera vez, Argentina entra al tablero global de la infraestructura cognitiva.

Un nuevo corazón digital en el sur del mundo

El proyecto Stargate no es un simple data center.
Será un sistema de procesamiento de IA de 500 megavatios, capaz de alimentar el entrenamiento de modelos avanzados de lenguaje, visión y automatización.
Es el primer centro de este tipo en América Latina y uno de los tres más grandes de Occidente, junto con los de Estados Unidos y Arabia Saudita.

Impulsado por energía limpia y acuerdos con Central Puerto y Genneia, Stargate se perfila como una pieza clave para el futuro energético y tecnológico del país.
Según Emiliano Kargieman, cofundador de Sur Energy, “Argentina se convierte en un actor relevante en el mapa digital y energético mundial, creando empleos de calidad y atrayendo inversiones internacionales”.

La construcción se enmarca en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece beneficios fiscales y cambiarios a proyectos de más de US$ 200 millones.

Buenos Aires y Neuquén: polos de una revolución energética y cognitiva

El proyecto prevé un sistema de distribución que conectará Buenos Aires, Neuquén y otras regiones, integrando energía hidroeléctrica, eólica y solar para sostener el alto consumo que requiere la IA de nueva generación.

Las cifras son monumentales: según Goldman Sachs, la demanda eléctrica de los centros de datos de IA crecerá 165% hacia 2030.
Argentina, con su combinación de energía renovable, capacidad hidroeléctrica y potencial nuclear modular, se vuelve un terreno ideal para sostener esa expansión.

Y el impacto no será solo energético: significará empleo local, desarrollo de infraestructura de fibra óptica, capacitación técnica y una nueva cadena de proveedores nacionales vinculados a la computación de alto rendimiento.

Los desafíos del nuevo poder de cómputo

No todo es entusiasmo. Especialistas advierten sobre los desafíos que implica un data center de tal escala:
el consumo intensivo de agua y electricidad, la necesidad de regulaciones ambientales específicas y la planificación energética para evitar tensiones con la demanda industrial y residencial.

El investigador Juan O’Farrell, de Fundar, advirtió que “el impacto positivo dependerá del marco regulatorio: sin planificación energética, estos proyectos pueden desplazar consumo y afectar precios”.
Otros expertos, como Sergio Pernice (UCEMA) y Rodrigo Ramele (ITBA), coincidieron en que la clave será garantizar sustentabilidad y transferencia de conocimiento local, para crear un verdadero ecosistema alrededor del centro.

En esa línea, varios informes recomiendan incorporar enfriamiento en circuito cerrado y sistemas de cero agua, tecnologías ya en desarrollo en centros de datos de última generación.

Argentina, un nuevo eje de la inteligencia global

Más allá de los desafíos técnicos, el anuncio representa una oportunidad geopolítica inédita.
Como explicó Jorge Vilas Díaz Colodrero, de la Universidad Austral, “Stargate Argentina podría convertir al país en un nodo estratégico de la economía de los datos y de la inteligencia artificial regional”.

En un mundo donde el poder ya no se mide solo en recursos naturales, sino en capacidad de cómputo, esta inversión coloca a Argentina en el centro de la conversación global sobre soberanía digital y energía cognitiva.

Desde Meteleia, celebramos este paso como una señal clara del cambio que está ocurriendo:
una nación que entiende que el futuro no solo se extrae o se exporta —se entrena, se automatiza y se genera con datos.

El próximo salto tecnológico de América Latina ya tiene coordenadas.
Y están en Argentina.

Fuente: OpenAI